La dislexia afecta a una de cada cinco personas, pero la experiencia de la dislexia no es siempre la misma. Esta dificultad para procesar el lenguaje existe en un espectro que no necesariamente encaja con etiquetas como "normal" y "defectuosos". Kelli Sandman-Hurley nos insta a pensar de nuevo en la función del cerebro disléxico y a apreciar la neurodiversidad del cerebro humano.
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