22 feb 2018

Mesopotamia

MESOPOTAMIA, «EL PAÍS ENTRE DOS RÍOS»


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1El Tigris y el Éufrates dieron forma al país mesopotámico, uno de los tres grandes dominios irrigados de la Antigüedad junto con el Indo y el Nilo. La originalidad de Mesopotamia es la de tener no uno, sino dos ríos. Ambos cursos fluviales hicieron posible el milagro mesopotámico, del mismo modo que el Nilo lo hizo en Egipto. ¿A qué llamamos en la actualidad Mesopotamia? Se trata de un concepto griego acuñado por los historiadores de la época de Alejandro Magno, que significa «el país entre ríos» según su sentido etimológico. Por tanto, Mesopotamia es, en sentido estricto, la región del Próximo Oriente antiguo limitada por el recorrido de los ríos Tigris y Éufrates, que se corresponde en la actualidad con Irak y una parte de Siria.

2Los antiguos habitantes de esta región nunca la denominaron así. En otras palabras, los mesopotámicos nunca existieron como tales, pues en el país de los dos ríos nunca nadie se identificó como mesopotámico. Pero los antiguos habitantes de esta zona del Próximo Oriente no tenían un término preciso para referirse al territorio en el que vivían, a pesar de que este les proporcionaba una marcada identidad. Tenemos buena prueba de ello en el empleo de dos vocablos que significaban simplemente «país», kalam (en lengua sumeria) y mâtu (en lengua acadia), para referirse al espacio geográfico delimitado por las cuencas de los dos ríos gemelos.

3Mesopotamia, que posiblemente sea una traducción griega de la expresión aramea abr nahrain («entre ríos»), es un término geográfico y cultural que permanece en uso entre los modernos historiadores por dos razones: por un lado, el peso de la tradición historiográfica y, por otro, la falta de un nuevo concepto que defina mejor a las culturas que, entre el IV y el I milenio a. C., se desarrollaron a orillas del Tigris y delÉufrates. En cualquier caso, hay que tener bien presente un hecho: la antigua Mesopotamia es consecuencia de los diferentes grupos humanos que convivieron y se sucedieron en un mismo escenario geográfico durante varios milenios y, por tanto, se trata de un concepto que encierra una realidad cultural compleja y diversa. Sumerios, acadios, asirios y babilonios, entre otros, dieron forma a su historia, a diferencia del Egipto faraónico, un mundo más monolítico, hermético y encerrado en sí mismo.

4Mesopotamia engloba en realidad dos dominios geográficos diferentes y complementarios a la vez, a saber: al norte, la Yezira o Alta Mesopotamia, y al sur, la llanura mesopotámica propiamente dicha o Baja Mesopotamia. En la primera, las lluvias son suficientes para permitir el cultivo de cereal y es aquí donde nació la agricultura y la ganadería. En la segunda, tierra de limos aluviales y de agua, tuvo lugar la aparición de la primera civilización urbana, basada en la agricultura de regadío y en el uso de la arcilla y del adobe. Se trata de una región compleja, donde han tenido lugar importantes transformaciones del medio físico en los últimos diez milenios: movimientos tectónicos, cambios climáticos y variaciones del nivel marino. Las principales ciudades sumerias fueron fundadas cerca de un mar hoy retirado.


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Geografía de Mesopotamia, actual Irak y parte de Siria, donde destacaron entre el IV y el I milenio a. C. civilizaciones tan importantes como Súmer, Acad, Asiria y Babilonia.


5La Alta y la Baja Mesopotamia estaban conectadas por las cuencas del Tigris y del Éufrates. Ambos ríos descienden con diferente dirección de las montañas de lo que hoy es el este de Turquía, donde nacen a escasa distancia uno de otro. Estas montañas periféricas reciben precipitaciones de régimen mediterráneo en invierno, en forma de nieve según la altitud, y en primavera. Los ríos conocen aguas altas al fundirse las nieves con la llegada de la primavera.

6El Éufrates, llamado Buranun en sumerio y Purattu en acadio, es un río que mide más de dos mil ochocientos kilómetros entre su nacimiento en los montes Tauro y su desembocadura en el golfo Pérsico.

7Por convención se habla de Alto Éufrates, si se trata del río a su paso por suelo turco, de Medio Éufrates si de su recorrido por Siria, y de Bajo Éufrates cuando atraviesa Irak. A lo largo de este recorrido recibe los aportes de dos afluentes en su ribera izquierda, los ríos Balih y Habur, que nacen igualmente en Turquía. Por su parte, el Tigris, denominado Idiglat en sumerio y acadio, tiene una longitud de mil novecientos cincuenta kilómetros, y su curso comprende tres partes bien individualizadas, esto es: el Alto Tigris, en el actual Kurdistán turco; el Tigris Medio, a su paso por la antigua Asiria; y el Bajo Tigris, a partir de la ciudad de Bagdad. A diferencia de su hermano gemelo, el Tigris recibe los aportes de varios afluentes importantes por la ribera izquierda, a saber: el Gran Zab, el Pequeño Zab, el Adhem, el Diyala y el Herka. Todos proceden de la cadena montañosa de los Zagros. Ambos cursos fluviales, Tigris y Éufrates, unen sus aguas en la actualidad en Shatt-al-Arab, un delta pantanoso que alberga uno de los mayores palmerales del mundo.


8El Éufrates a su paso por la garganta de Halabiya, en Siria. Este río fue una gran vía fluvial que determinó en gran medida el discurrir político y económico de Mesopotamia.

9La cuenca mesopotámica que se acaba de describir más arriba no deja de ser el fruto de una visión restrictiva de una realidad histórica mucho más compleja. Se hace necesario, por tanto, comprender esta cuenca aluvial en el marco de un contexto geográfico más extenso. No podemos olvidar de forma intencionada aquellas regiones limítrofes que han participado desde el punto de vista económico, político o militar en el discurrir histórico de Mesopotamia. Estos son los casos, por citar algunos, de Elam, en Irán; del reino hitita, en Anatolia; de Urartu, en Armenia; o de Ebla y Ugarit, en Siria. Es decir, la «verdadera Mesopotamia» era aquella situada entre las orillas del Mediterráneo oriental o Mar Superior y los Zagros, y entre los montes Tauro y la península de Arabia. A esta geografía conectada con Mesopotamia se debe añadir también el litoral del golfo Pérsico, bañado por el llamado Mar Inferior, donde las rutas marítimas llegaban hasta Dilmun, en Baréin, Magan, en Omán, e incluso hasta el valle del Indo. En definitiva, el dominio mesopotámico, o sirio-mesopotámico como prefieren denominarlo algunos, conforma un conjunto coherente situado en el punto de unión de los continentes africano, asiático y europeo, y en contacto con dos mares: el Mediterráneo y, a través del golfo Pérsico, el océano Índico.

10Las antiguas civilizaciones mesopotámicas desarrollaron diversas técnicas para controlar las aguas de sus dos grandes ríos, ya que la prosperidad de sus ciudades dependía directamente de ello. El dominio del agua nació de la perentoria necesidad de irrigar para hacer productivos los campos y convertir la agricultura en la base de su economía, ante la carencia de importantes recursos naturales. La construcción de toda una red de canales permitió la creación de verdaderos ríos artificiales, que alimentaban tanto las tierras agrícolas como los centros urbanos. El Tigris y el Éufrates, aunque navegables en la mayor parte de su recorrido, tenían en su curso numerosos meandros que alargaban y dificultaban el remonte de los barcos tirados con cuerdas desde las orillas, en un país donde el uso de la vela fue muy limitado. De esta forma, los canales, que nacieron para conducir el agua necesaria para la agricultura, transformaron la cuenca mesopotámica en una compleja red de transporte fluvial. Un buen ejemplo es el caso de Mari, una ciudad ubicada en el Medio Éufrates sirio, que a comienzos del III milenio a. C. fue capaz de excavar un canal de navegación de ciento veinte kilómetros de longitud para asegurarse una comunicación directa y regular con el río Habur y, en particular, con los recursos mineros de Anatolia. Los artesanos del metal de Mari dependían de esta red fluvial de suministro.


11Por estas vías acuáticas van a circular todo tipo de productos agrícolas y mercancías, pero sobre todo aquellas materias primas de las que carecían las ciudades de Mesopotamia, a saber: metales, piedras, madera, etc. De la importancia que alcanzó en Babilonia el tráfico fluvial se hace eco el Código del rey Hammurabi (1792-1750 a. C.) en varias de sus leyes, como por ejemplo la 237:
Si un hombre contrata un barquero y un barco, y lo carga de cebada, lana, aceite, dátiles o el cargamento que sea, y ese marinero es descuidado y hunde el barco o deja que se pierda todo su contenido, el barquero restituirá el barco que ha hundido y todo el contenido que ha dejado que se pierda.

12El barco más corriente en Mesopotamia era aquel capaz de transportar una carga de seis toneladas, aunque los hubo de mayor calado, que podían llegar hasta las noventa toneladas. Un modelo de barco de cerámica procedente de Eridu, importante ciudad de la Baja Mesopotamia, que data de finales del V milenio a. C., es la prueba más antigua conocida de transporte acuático en la región. Varias representaciones de embarcaciones navegando se conservan entre los relieves que decoraban los palacios asirios del I milenio antes de Cristo.


UNA CIVILIZACIÓN IMPRESA SOBRE ARCILLA

13Uno de los más importantes y revolucionarios inventos de la historia es sin duda el de la escritura, que fue el resultado de un largo proceso cuyos orígenes se remontan al Neolítico. En este período, los hombres utilizaban un sencillo sistema de contabilidad basado en el uso de pequeñas fichas de arcilla de formas diversas, en el que cada una de ellas se correspondía con un tipo de producto. En el IV milenio a. C. las formas de estas fichas son ya más complejas y variadas, y es frecuente que aparezcan reunidas dentro de una bola de arcilla, en cuya superficie encontramos marcas o sellos impresos que hacen referencia a una operación de contabilidad. Es posible que la escritura naciera de una simplificación de este sistema contable. La bola de arcilla habría sido sustituida por la tablilla sobre la que se empezaron a dibujar aquellas primitivas fichas. Esta hipótesis se basa en el hecho de que la forma de los signos de escritura más antiguos deriva directamente de la que tenían las fichas de contabilidad. Estos primeros signos escritos son realmente dibujos y, por esta razón, se les denomina pictogramas («signos-imagen»). La mayor parte de estos primeros signos representaban una realidad fácilmente reconocible (un pez, una espiga, un pájaro, etc.).


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Tablilla de arcilla con signos pictográficos procedente de Uruk, en el sur de Irak, y fechada hacia el 3000 a. C. Se trata de un texto de contabilidad.

14La discusión entre egiptólogos y asiriólogos sobre la mayor o menor antigüedad de la escritura en el valle del Nilo o en el valle del Éufrates es un debate tan viejo como estéril. Tradicionalmente se sitúa hacia 3300-3200 a. C. la aparición, de manera casi simultánea pero independiente, de la escritura jeroglífica en Egipto y de la pictográfica en Mesopotamia. El templo más importante de la ciudad de Uruk, en el sur de la llanura mesopotámica, es el que ha proporcionado las tablillas más antiguas basadas en un sistema de escritura pictográfico. Se trata en su mayoría de textos contables, en los que se registran los productos, las cantidades, los movimientos (entradas y salidas) y los nombres de las personas que participaron en esa actividad económica. La identificación de la lengua transcrita en los pictogramas mesopotámicos, conocida también como proto-cuneiforme, sigue siendo origen de debate entre los filólogos. A pesar de que los primeros textos proceden del antiguo territorio del país de Súmer, no hay ninguna seguridad de que se trate de la lengua sumeria, por lo que algunos investigadores prefieren hablar de otra lengua a la que llaman proto-eufrática. Por el contrario, otros especialistas consideran que detrás de esta primera escritura está el sumerio. Esta opinión es la que en el momento actual de la investigación cuenta con el mayor consenso.


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Evolución del signo mesopotámico para «cereal» desde el de tipo pictográfico (3200 a. C.) al cuneiforme de época neobabilónica (600 a. C.).



15En el extremo final del IV milenio a. C., durante el llamado período de Uruk III, los signos pictográficos se alejan de los dibujos iniciales para adoptar una forma más esquemática. Algunos siglos más tarde, hacia 2600 a. C., las tablillas descubiertas en la ciudad de Shuruppak, no muy lejos de Uruk, muestran un tipo de signo que ya no ha sido trazado como un dibujo, sino que ha sido impreso a base de pequeños trazos rectilíneos con aspecto de cuña. Este cambio en el sistema gráfico es debido al uso del cálamo, un nuevo instrumento de caña cortado en bisel en uno de sus extremos. Nacía así la denominada escritura cuneiforme, a la que los sumerios llamaron santak («triángulo»). Este sistema de escritura va a estar en uso durante casi tres milenios. 

16El último documento en escritura cuneiforme se fecha en el año 75 después de Cristo.
El sistema de escritura cuneiforme ha servido para expresar diferentes lenguas en una amplia área geográfica, que abarca la mayor parte del Oriente Próximo antiguo. Los sumerios lo utilizaron para su lengua, que no está emparentada con ninguna familia lingüística conocida. Posteriormente, sirvió para el acadio, la lengua semítica más antigua de que tenemos noticia. Debido a sus dos mil quinientos años de historia, las variaciones lingüísticas del acadio son notorias. Las dos variaciones más evidentes están representadas por los dialectos del norte y del sur de Mesopotamia, es decir, el asirio y el babilonio respectivamente. El acadio se convirtió a mediados del II milenio a. C. en la lengua diplomática entre los distintos reinos de Oriente y Egipto. Cartas en lengua acadia han aparecido, por ejemplo, en los archivos de la ciudad egipcia de el-Amarna, que el faraón Ahenatón (1353-1335 a. C.) fundó junto al río Nilo. Los pueblos vecinos también utilizaron —y adaptaron— la escritura cuneiforme mesopotámica para sus lenguas. Este es el caso de la lengua indoeuropea de los hititas, en Anatolia, o del elamita y del antiguo persa, en Irán.

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Texto cuneiforme correspondiente a la Epopeya de Gilgamesh, el gran hombre que no quería morir. El texto, que está escrito en lengua acadia, fue encontrado en la biblioteca del rey asirio Asurbanipal (668-627 a. C.), en Nínive.

17Los signos cuneiformes fueron adaptados a diferentes sistemas. Para la lengua sumeria la mayor parte de los signos tienen un valor ideográfico y representan una noción concreta o abstracta (signos-idea). En esencia cada ideograma representa una palabra. Esta escritura de ideas o palabras se revelará pronto como insuficiente para expresar la complejidad socio-cultural de Mesopotamia. La solución fue la elaboración de una escritura de sonidos o fonogramas, basada en el sistema de signos ya existente. Es decir, los signos cuneiformes siguieron siendo los mismos que antes, pero estos ya no se utilizaron por lo que representaban sino solo por su sonido. Por ejemplo, el signo ka, «boca» en sumerio, dejaba de significar tal cosa y solo interesaba por su sonido o valor fonético (excepto cuando se usaba como logograma). Este cambio se hizo visible en la lengua acadia, donde cada signo correspondía a una sílaba (o silabograma), y la combinación de estas sílabas permitía escribir la totalidad de las palabras. Veamos un ejemplo: el signo An representaba el cielo, una estrella o un dios, pero al margen de este significado el mismo signo podía también ser usado como sílaba para formar parte de otra palabra. Un caso es el del sustantivo antallu, «eclipse» en acadio, donde an no es más que un silabograma.
18Finalmente, a partir del siglo XIV a. C. apareció, en la costa mediterránea oriental, el alfabeto cuneiforme. Uno de los más antiguos es el encontrado en la ciudad de Ugarit, cerca de la costa de Siria, que está formado por treinta letras (todas consonantes) frente a los aproximadamente doscientos signos silábicos de la lengua acadia.
19La epopeya conocida como Enmerkar y el señor de Aratta atribuye a este rey semilegendario sumerio, Enmerkar, la genial invención de trazar unos signos sobre arcilla para comunicarse con el señor de Aratta, en Irán, ante el temor de que el mensajero no fuera capaz de reproducir fielmente su mensaje. La arcilla se convertirá, de hecho, en el soporte más común de la escritura cuneiforme mesopotámica hasta el final de sus días. Los valles del Tigris y del Éufrates suministraban el barro necesario tanto para la escritura como para la arquitectura, de ahí que los modernos historiadores se refieran a los imperios mesopotámicos como los «imperios de la arcilla». La Babilonia del I milenio a. C. es el mejor ejemplo de ello: una espectacular metrópoli construida solo con ladrillo y adobe, que ha legado a la posteridad miles de textos de arcilla donde se recoge la enorme herencia científico-cultural de Mesopotamia.

20La larga aventura de los mesopotámicos llegará a su fin con la conquista por los persas en el 539 a. C. y, posteriormente, en el 331 a. C., con la ocupación de la región por parte de las tropas de Alejandro Magno. Pero el recuerdo y la reputación de Mesopotamia seguían vivos. Prueba de ello, es el hecho de que el gran conquistador macedonio, consciente del prestigio de una ciudad como Babilonia, proyectó convertir a la metrópoli mesopotámica en la capital de su vasto imperio.

21Desde hace más de un siglo y medio, arqueólogos y asiriólogos trabajan para reconstruir la historia de la antigua Mesopotamia. La Biblia y los autores grecorromanos fueron los transmisores en Occidente de un lejano recuerdo de lo mesopotámico que, sin embargo, fue suficiente para ayudar a los estudiosos europeos de los siglos XIX y XX a redescubrir, en las tierras del Tigris y del Éufrates, los remotos orígenes de su propia civilización.

Fragmento de: Juan Luis Montero Fenollós. “Breve historia de Babilonia”.


1 comentario:

  1. Bonito artículo, por algo aparecen en la biblia, al final se secará,no literalmente sino proféticamente

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