Beatriz (La polución)
Dijo el tío Rolando que esta ciudad se
está poniendo imbancable de tanta polución que tiene. Yo no dije nada
para no quedar como burra pero de toda la frase sólo entendí la palabra
ciudad. Después fui al diccionario y busqué la palabra imbancable y no
está. El domingo, cuando fui a visitar al abuelo le pregunté qué quería
decir imbancable y él se río y me explicó con buenos modos que quería
decir insoportable. Ahí sí comprendí el significado porque Graciela, o
sea mi mami, me dice algunas veces, o más
bien casi todos los días, por favor Beatriz por favor a veces te pones
verdaderamente insoportable. Precisamente ese mismo domingo a la tarde
me lo dijo, aunque esta vez repitió tres veces por favor por favor por
favor Beatriz a veces te pones verdaderamente insoportable, y yo muy
serena, habrás querido decir que estoy imbancable, y a ella le hizo
gracia, aunque no demasiada pero me quitó la penitencia y eso fue muy
importante. La otra palabra, polución, es bastante más difícil. Esa sí
está en el diccionario. Dice, polución: efusión de semen. Qué será
efusión y qué será semen. Busqué efusión y dice: derramamiento de un
líquido. También me fijé en semen y dice: semilla, simiente, líquido que
sirve para la reproducción. O sea que lo que dijo el tío Rolando quiere
decir esto: esta ciudad se está poniendo insoportable de tanto
derramamiento de semen. Tampoco entendí, así que la primera vez que me
encontré con Rosita mi amiga, le dije mi grave problema y todo lo que
decía el diccionario. Y ella: tengo la impresión de que semen es una
palabra sensual, pero no sé qué quiere decir. Entonces me prometió que
lo consultaría con su prima Sandra, porque es mayor y en su escuela dan
clase de educación sensual. El jueves vino a verme muy misteriosa, yo la
conozco bien cuando tiene un misterio se le arruga la nariz, y como en
la casa estaba Graciela, esperó con muchísima paciencia que se fuera a
la cocina a preparar las milanesas, para decirme, ya averigüé, semen es
una cosa que tienen los hombres grandes, no los niños, y yo, entonces
nosotras todavía no tenemos semen, y ella, no seas bruta, ni ahora ni
nunca, semen sólo tienen los hombres cuando son viejos como mi padre o
tu papi el que está preso, las niñas no tenemos semen ni siquiera cuando
seamos abuelas, y yo, qué raro eh, y ella, Sandra dice que todos los
niños y las niñas venimos del semen porque este liquido tiene bichitos
que se llaman espermatozoides y Sandra estaba contenta porque en la
clase había aprendido que espermatozoide se escribe con zeta. Cuando se
fue Rosita yo me quedé pensando y me pareció que el tío Rolando quizá
había querido decir que la ciudad estaba insoportable de tantos
espermatozoides (con zeta) que tenía. Así que fui otra vez a lo del
abuelo, porque él siempre me entiende y me ayuda aunque no
exageradamente, y cuando le conté lo que había dicho tío Rolando y le
pregunté si era cierto que la ciudad estaba poniéndose imbancable porque
tenía muchos espermatozoides, al abuelo le vino una risa tan grande que
casi se ahoga y tuve que traerle un vaso de agua y se puso bien
colorado y a mí me dio miedo de que le diera un patatús y conmigo solita
en una situación tan espantosa. Por suerte de a poco se fue calmando y
cuando pudo hablar me dijo, entre tos y tos, que lo que tío Rolando
había dicho se refería a la contaminación atmosférica. Yo me sentí más
bruta todavía, pero enseguida él me explicó que la atmósfera era el
aire, y como en esta ciudad hay muchas fábricas y automóviles todo ese
humo ensucia el aire o sea la atmósfera y eso es la maldita polución y
no el semen que dice el diccionario, y no tendríamos que respirarla pero
como si no respiramos igualito nos morimos, no tenemos más remedio que
respirar toda esa porquería. Yo le dije al abuelo que ahora sacaba la
cuenta que mi papá tenía entonces una ventajita allá donde está preso
porque en ese lugar no hay muchas fábricas y tampoco hay muchos
automóviles porque los familiares de los presos políticos son pobres y
no tienen automóviles. Y el abuelo dijo que sí, que yo tenía mucha
razón, y que siempre había que encontrarle el lado bueno a las cosas.
Entonces yo le di un beso muy grande y la barba me pinchó más que otras
veces y me fui corriendo a buscar a Rosita y como en su casa estaba la
mami de ella que se llama Asunción, igualito que la capital de Paraguay,
esperamos las dos con mucha paciencia hasta que por fin se fue a regar
las plantas y entonces yo muy misteriosa, vas a decirle de mi parte a tu
prima Sandra que ella es mucho más burra que vos y que yo, porque ahora
sí lo averigüé todo y nosotras no venimos del semen sino de la
atmósfera.
Primavera con una esquina rota / Beatriz (Una palabra enorme)
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