5 dic 2012

El 'Cantar de Mio Cid' es un coñazo


El escritor, ensayista, novelista y crítico literario Antonio Orejudo (Madrid, 1963), nos deleita con éste excelente ensayo, publicado en eldiario.es, en el que analiza algunos errores en la forma de motivar la lectura y cómo poder cambiar basándonos en la edad e intereses de los alumnos.

Actividades:

1.  Elabora un análisis de la lectura cada párrafo.
2. Conclusión de la lectura.
3. Opinión personal del texto.
4. Realiza un ensayo con respecto a la información del texto             y tu contexto personal.




El 'Cantar de Mio Cid' es un coñazo

Antonio Orejudo

1. Los profesores de literatura tenemos más culpa que los video juegos en el desprestigio de la ficción y en el abandono de la lectura por parte de las nuevas generaciones.
2. Llevamos más de cien años explicando de la misma manera los mismos autores, las mismas obras y las mismas figuras literarias; y no hay ninguna disciplina que soporte semejante inmovilidad.
3. Dado que las cosas no están funcionado, ¿por qué no ensayar algunos cambios? ¿Por qué no abandonar, por ejemplo, el supersticioso respeto a la ordenación cronológica en beneficio de otro que tenga en cuenta la edad de los alumnos y sus intereses reales?
4. En vez de dar vueltas concéntricas al mismo temario, que invariablemente empieza en la Edad Media y termina en la época contemporánea, ¿por qué no empezar por el final?
5. El primer contacto de un escolar con la historia de la literatura se produce en la Edad Media, algo que sin duda es lo más académico, pero no sé si lo más adecuado. ¿No sería más lógico empezar por la literatura contemporánea para estimular su apetito e ir formándolo como lector?
6. A medida que avanzaran los cursos nos iríamos alejando hasta llegar al Cantar de Mio Cid, un texto escrito en otro tiempo, en otro mundo y —reconozcámoslo— en otro idioma. Un texto cuya lectura requiere asistencia técnica.
Y aquí es donde hemos fallado, en el servicio de atención al cliente.
7. El profesor debe leer con sus alumnos como si comiera nueces: rompiendo para ellos el duro cascarón de la lejanía cultural y dándoles a probar el fruto, dulce o amargo pero tierno, que el libro elegido guarda en su interior.
Esta es la teoría, qué bonita.
¿Y la práctica?
¿Cómo se abre esa nuez?
¿Cómo se explica en la práctica a chicos de 15, 16 ó 17 años un texto tan alejado de nosotros, tan pestiño —al menos a primera vista— como el Cantar de Mio Cid?

El cascanueces

8. El Cantar de Mio Cid se parece más a lo que hoy nosotros llamamos novela que a lo que hoy nosotros llamamos poesía. Está escrito en verso, pero está escrito en verso por razones —digamos— accidentales, porque escribirlo en verso (es decir, usando renglones con el mismo número de sílabas y que además riman entre sí) era la única manera que tenía el juglar (el cuentacuentos, diríamos hoy) de aprenderse esta larga narración de memoria sin cometer errores.
9. Porque no debemos olvidar que la literatura se ha administrado siempre por vía auditiva y no por vía ocular. La gente escuchaba los libros, no los leía. Los escuchaba en la plaza del pueblo o en los caminos, en los hoteles —en las ventas—, donde concurrían personas de variada condición y procedentes de todas partes.
La lectura en silencio y en soledad es un fenómeno bastante reciente. Hasta hace doscientos o trescientos años la lectura era sobre todo un acontecimiento social, algo así como ir al cine.
10. El Cantar de Mio Cid tiene dos hilos argumentales.
El primero es la historia de Rodrigo Díaz de Vivar, un caballero castellano —mitad real, mitad inventado— que, injustamente desterrado de Castilla por el rey Alfonso VI (1047-1109), hace todo lo posible para que el rey lo vuelva a querer. Y al final lo quiere.
11. El segundo hilo es la historia de la guarrrada que los infantes de Carrión —sus yernos— le hacen a las hijas del Cid y de la civilizada reacción de éste.
Vayamos con el primer argumento.
12. Alguien —no sabemos quién—, ha dicho algo malo del Cid, no sabemos qué. El caso es que Alfonso VI lo castiga y lo expulsa del reino. El Cantar comienza precisamente en el momento del desahucio: antes de partir hacia Burgos —primera parada antes del destierro— el Cid se vuelve hacia su casa, y al verla vacía, con las ventanas abiertas, sin gente y sin muebles, se echa a llorar.
(Entre paréntesis: es curioso lo mucho que lloran los héroes épicos. Tan machos ellos, con barbas tan largas y a las primeras de cambio se deshacen como Magdalenas. Sería muy interesante estudiar cuándo dejan de llorar los héroes, cuándo cambia el modelo de masculinidad, en qué siglo, y por qué. El Cid llora mucho, pero no recuerdo que John Wayne haya vertido jamás una lágrima. Cierro paréntesis).
13. La primera mitad del Cantar cuenta los esfuerzos del Cid por congraciarse con el rey, cosa que al final consigue.
¿Cómo?
Muy fácil: desde el primer día del destierro, el Cid y sus hombres (porque no sólo lo destierran a él, sino a él y a su pequeño ejército) se dedican a conquistar ciudades y pueblos en poder de los musulmanes. Matan a los moros y se quedan con todo.
14. Naturalmente, después de cada victoria el Cid reparte el botín entre sus hombres, pero no se olvida nunca de apartar una generosa porción para el rey. Le envía un regalo, le envía dos; y al tercero, claro, ya lo tiene en el bote.
Pero lo que hace que el rey le perdone definitivamente no son tanto los regalitos como otro detalle: resulta que los hermanos Carrión —los infantes de Carrión—, dos chicos de muy buena familia y muy cercanos al rey, están empeñados en casarse con doña Elvira y doña Sol, las hijas del Cid. Aunque no le gustan como yernos, el Cid accede al matrimonio: en realidad no tiene más remedio, si quiere arreglar las cosas con el rey. Y el rey, claro, conmovido por su mansedumbre, lo perdona y le permite que regrese a Castilla.

Estatua del Mío Cid.
Estatua del Mío Cid.


Y aquí comienza el segundo hilo argumental.
15. Ya he dicho que al Cid le daban mala espina esos infantes de Carrión. Y no se equivocaba. Resulta que un día, ya casados con sus hijas, se escapa un león de palacio, y los infantes en vez de ayudar a capturarlo huyen despavoridos y se esconden. Tiene que ser el suegro quien resuelva el desaguisado para regocijo de todos los testigos y humillación de los yernos, que no tardarán en vengarse de él.
16. De vuelta a casa, a la altura de un robledal, en un pueblo llamado Corpes, en la provincia de Guadalajara, los infantes de Carrión, rabiosos todavía por el espantoso ridículo que han hecho con el león, desnudan a sus esposas, las maltratan y las abandonan, en lo que se puede considerar el primer caso de violencia de género documentado en la literatura castellana.
¿Qué hubiera hecho hoy un padre en una situación semejante? En el Regreso al Futuro de la semana pasada vimos cómo se las gastaban los militares en la Edad Media. Aunque no hace falta irse a la Edad Media. En nuestros días, cuando se produce uno de esos horrendos asesinatos de adolescentes, no es raro oír en las tiendas y en los taxis opiniones de sujetos supuestamente civilizados que sin embargo son partidarios del linchamiento sin juicio.
17. Pues bien, Rodrigo Díaz de Vivar, un tipo que vivió en el siglo XI, les da a todos ellos una lección de civismo y de respeto a las leyes. ¿Cuál es la reacción del Cid al enterarse de que han violado y torturado a sus hijas? Pues en vez de buscar a los infantes de Carrión para reventarlos y cortarles las orejas, el Cid pide justicia al rey, que es algo así como poner una denuncia en comisaría.
El rey atiende la petición y convoca las Cortes en Toledo, adonde acuden los infantes y el Cid, que lo primero que reclama curiosamente es la devolución de la dote: que le devuelvan su dinero.
(Abro paréntesis: una de las cosas que más sorprende del Cantar es la presencia constante del dinero. ¿Dónde se ha visto que un superhéroe tenga problemas de liquidez? Pues el Cid los tiene, y se le ve muy preocupado por ello. Él se considera a sí mismo una especie de trabajador autónomo con familia a su cargo y con empleados a los que tiene que pagar todos los meses. Cierro paréntesis).
Seguimos en las Cortes. El Cid ha denunciado a los infantes. Y, entonces sí, con la autorización del rey, los reta a una batalla judicial, que demuestra quién tiene razón.
Vence el Cid, se anulan los matrimonios y como colofón a tanta alegría, los infantes de Navarra y de Aragón, con pinta de ser mejores yernos que los de Carrión, solicitan en matrimonio a doña Elvira y doña Sol.
Y así termina Cantar.

  El Mio Cid como novedad literaria

18. Hay dos maneras de leer un libro antiguo: como si fuera una pieza de arqueología o como si fuera una novedad literaria.
Lo leemos como una pieza de arqueología cuando buscamos en él restos de un mundo que no es el nuestro. Porque no siempre se ha vivido como vivimos nosotros, ni han estado vigentes nuestros valores, nuestras creencias y nuestra manera de ver y de sentir las cosas. Leer los libros antiguos como si fueran piezas de arqueología es un acto de humildad, el reconocimiento de que los occidentales del siglo XXI somos un granito de arena en esa inmensa playa que se llama Historia de la Humanidad.
19. Leemos un libro antiguo como si fuera una novedad literaria cuando buscamos en él nuestro reflejo, el reflejo de nuestro mundo, las constantes que se han mantenido a lo largo del tiempo, las coincidencias —que las hay—, entre aquellas personas y nosotros. Unos y otros somos al fin y al cabo seres humanos, y es asombroso comprobar lo poco que hemos cambiado desde los tiempos del Cid, lo mucho que nos parecemos al héroe del Cantar, al hidalgo del Lazarillo o al Sancho Panza del Quijote.
El estudio especializado de la literatura requiere, por supuesto, una lectura arqueológica de los textos. Pero en la escuela, tal y como están las cosas, no tiene sentido leer de esta manera.
20. En una situación de emergencia como esta, yo leería los libros antiguos como si fueran novedades literarias. Leería el Cantar de Mio Cid, se me ocurre a botepronto, como la historia de Rodrigo, un empleado que trabaja en una empresa de compraventa de suelo (al fin y al cabo, la llamada Reconquista no fue sino una gigantesca expropiación de tierra), y que es acusado falsamente por unos compañeros de trabajo que luego violarán a sus hijas, y relegado en el escalafón por Don Alfonso Cesto, el presidente de la compañía.
21. O mejor aún: leería el Cantar como si fuera una novela barata de ciencia ficción, en la que Cid se des-tierra literalmente: se ve obligado por una injusticia a abandonar el planeta y a buscarse la vida allende nuestra galaxia. ¿Acaso los moros que aparecen en el Cantar no son los mismos seres insidiosos y deshumanizados que los marcianos de las películas de serie B?
22. Sí, perdamos el miedo supersticioso a nuestros clásicos como han hecho los británicos con Shakesperare hace mucho tiempo; leamos el Cantar en clase con una versión traducida, mientras vemos una mala película de ciencia-ficción, fijándonos en las coincidencias narrativas o en el semejante tratamiento de los personajes.
23. Ya habrá tiempo, si conseguimos que esos incipientes lectores se interesen por los libros antiguos, de que los lean no buscándose a sí mismos, sino buscando en ellos a los otros.
http://www.eldiario.es/Kafka/Cantar-Cid-conazo_0_75592482.html


-Conclusión.

-Opinión Personal.






23 oct 2012

Frans de Waal: Comportamiento moral en los animales



Frans de Waal: Comportamiento moral en los animales

 

Empatía, cooperación, equidad y reciprocidad, cuidar el bienestar de otros, parece un rasgo muy humano. Pero Frans de Waal comparte algunos sorprendentes videos de pruebas de comportamiento en primates y otros mamíferos, que muestran cómo muchas de estas actitudes morales las compartimos todos.

 

 

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22 oct 2012


Identificación de víctimas: las enseñanzas de Sarajevo

Las enseñanzas de Sarajevo.
Las enseñanzas de Sarajevo.
La experiencia de la antigua Yugoslavia en materia de identificación de restos de víctimas de la guerra tiene un trágico paralelismo con el caso mexicano, pero con una diferencia de fondo: en aquella región se ha apelado a la voluntad política Así, la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP), organización establecida en 1996, ha ayudado a identificar a 18 mil personas, de las 29 mil desaparecidas en Bosnia y Herzegovina.

SARAJEVO, BOSNIA.- La puerta de metal resguarda una bodega climatizada a baja temperatura en la que se aprecian filas con nueve pisos de planchas metálicas que sostienen bolsas clasificadas en clave. Son restos de personas que estaban desaparecidas y que han sido recuperados durante los 20 años que han pasado después de la guerra que despedazó a Yugoslavia. Huesos en espera de que les devuelvan su identidad. A que los regresen a sus familiares. A que les hagan justicia.
Son cráneos con un balazo en la sien. Huesos fragmentados por la retroexcavadora con la que los asesinos los enterraron y desenterraron hasta tres veces para ocultarlos. Restos que se rehusaron a ser reducidos a cenizas aunque les prendieron fuego. Esqueletos encontrados a la vera de un río. En cajas, en el último piso, están las pertenencias que en vida portaban: el retrato de la familia que espera su regreso a casa, las llaves que no volvió a utilizar, el rosario musulmán, la brocha y el rastrillo, el calzón color lodo-oxidado.
Cruzando el pasillo, en un laboratorio, un trío de forenses arman esqueletos como si armaran un rompecabezas. Les toman muestras que mandarán a un laboratorio ubicado en otro edificio, donde lo contrastarán con las muestras de sangre de miles de familias. En ese otro laboratorio, un técnico contrasta huesos contra sangre, una, varias veces, de varios individuos, hasta que, ¡bingo!, en la pantalla aparece una cifra: “99.99999999999%”. Una persona desaparecida acaba de recuperar su identidad.
“Es uno más pero sé que este hallazgo traerá paz a una familia que lo está buscando”, dice sin emoción el técnico que logró el embonamiento.
Así es la rutina en la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas (ICMP), una organización establecida en 1996 por iniciativa estadunidense que opera con fondos internacionales. Desde 2001 es líder mundial en uso de ADN para la identificación de personas. Con ese método ha ayudado a identificar a 18 mil personas de las 29 mil reportadas como desa­parecidas en Bosnia y Herzegovina.
“Hemos aprendido que esto no sólo es un esfuerzo humanitario sino que tiene que utilizarse en procesos legales, si las familias quieren justicia a la que tienen derecho”, indica Kathryne Bomberger, la directora de la comisión.
El alto éxito en la identificación de cadáveres es una buena noticia para esta región que de 1993 a 1995 fue escenario de masacres de miles de personas. Llegó un momento en que no cupo tanta muerte, así que se improvisaron cementerios en terrenos baldíos, en los parques, en los cerros y hasta en un estadio de futbol.
Las cicatrices de la guerra todavía son visibles. A lo largo de la carretera se ven casas y edificios cacarizos por las ráfagas que recibieron. En cualquier momento uno encuentra placas en las paredes, que recuerdan que en ese lugar varios ciudadanos fueron asesinados. Lo mismo les cayó una granada mientras compraban en el mercado o hacían la fila para comprar el pan, que los sacaban de su casa junto a todos los hombres de su comunidad.
En la plaza de cualquier pueblo es fácil encontrar memoriales que recuerdan a las personas asesinadas por los chetniks (el ejército ultraconservador serbio). Como en Srebrenica, donde 8 mil 100 varones en edad productiva fueron masacrados y enterrados en fosas clandestinas. Gracias al ICMP, 90% de los desaparecidos (o al menos fragmentos de sus huesos) han sido encontrados.
“Esta región tuvo más suerte que otras partes del mundo”, dice Blomberger, quien señala que la experiencia de los Balcanes puede ser emulada por México, donde la desaparición de personas es un fenómeno masivo. Algunas fuentes extraoficiales han señalado que son más de 10 mil las víctimas de este delito durante el violento sexenio de Felipe Calderón.
“Si México quiere hacer esto hay que hablar de posibilidades y hacer cálculos. El dinero siempre es una excusa. Hay que ver la realidad, qué es posible y cuál es el precio para la sociedad si no se hace. El costo de no hacerlo es demasiado y difícil de calcular. De alguna manera hay que decir que un gobierno debe dejar de permitir la impunidad”, dice Bomberger en su oficina. En la pared está un mapa del país, que sirve para planear las exhumaciones.
En otro edificio hay carpetas identificadas con rótulos que señalan: Kuwait, Filipinas, Colombia, Chile, Maldivas, Bosnia & Herzegovina, Noruega, Camerún, Kenia, Huracán Katrina, Croacia, Tsunami, Libia, Chipre, algunos de los países en los que la comisión ha trabajado porque encontró un ingrediente fundamental: “voluntad política”.
“Si el gobierno no tiene voluntad es difícil porque la mayoría de las veces las personas desaparecidas fueron torturadas, maltratadas, enterradas en fosas comunes y escondidas porque sufrieron violaciones de derechos humanos. En muchos casos organizaciones políticas a nombre de un gobierno lo hacen, y en casos como México lo hace el narcotráfico.
“Si no hay cuerpo no hay crimen. Los responsables del crimen no van a prisión. Por eso es clave que los gobiernos se involucren en los procesos, muestren voluntad política, porque las familias de las personas desaparecidas, además de identificar, quieren recibir sus huesos, quieren saber cómo fue, quién fue, por qué, y justicia para que los responsables sean juzgados”, dice en entrevista.
Esa es una particularidad de la ICMP, que al exhumar busca evidencias que puedan constituirse en pruebas en los tribunales que juzgan a los asesinos por crímenes de guerra.
“La situación ideal no sólo es recuperar personas, es encontrar las circunstancias en las que murieron, es tener pruebas para llevar a un juzgado. A fin de cuentas se necesita exigir cuentas a la gente”, dice la funcionaria.
Cuando se le pregunta si la comisión podría trabajar en México responde que sí, pero aclara: “El elemento crítico para nosotros es tener invitación del gobierno de México y recaudar fondos para hacer el trabajo, pero sí podríamos ir a México. Queremos ayudar a gobiernos a hacerlo, hay que desarrollar el proceso respetando a la sociedad civil, a la gente y su historia”.
Agrega: “Algunos países consideran que lo más importante es la construcción de un laboratorio, pero lo más importante es la voluntad política; después, construir instituciones, una base de datos central, que el Estado reconozca a los desaparecidos”.
Explica que en otros países la comisión colabora con los gobiernos para capacitar al personal, homologar criterios de exhumación, crear bancos de datos genéticos y estándares de búsqueda; desarrolla equipos especializados, que incluyen ministerios públicos, jueces, laboratoristas, trabajadores sociales y forenses. Una agenda que México tiene pendiente.

Tiempo de abrir fosas

En Yugoslavia la búsqueda de personas desaparecidas comenzó durante la guerra. En 1996, las exhumaciones se realizaban en forma tradicional: se sacaban restos, se mandaban a las morgues, se hacían estudios antropológicos pero la mayoría quedaban sin ser identificados. Ante la rápida saturación se les depositó hacinados en túneles con humedad.
Desde el 2000, el ICMP tiene sus instalaciones propias con cámaras refrigeradas y salas de examinación, lavado de cuerpos, autopsia y secado de huesos. Como primer paso, empezó a abrir fosas comunes que sobrevivientes señalaban como cementerios clandestinos, o siguieron pistas de informantes anónimos o que criminales proporcionaban en juicios. También utilizaban imágenes satelitales para detectar los lugares donde la vegetación estaba alterada y la tierra removida.
De las fosas han sacado huesos y tomado muestras a 36 mil de éstos. Simultáneamente, personal de la comisión viaja a campo, visita casa por casa o cita a la comunidad en centros colectivos, donde toma la muestra de sangre a un promedio de tres o cuatro miembros de cada familia. Luego pone un código secreto y un sello a cada una. Hasta el momento se han recabado 90 mil muestras.
Además, entrevista a las familias para recabar toda la información posible que pueda ayudar a identificar a su pariente, como las características físicas, lo que sabe de su paradero, la vestimenta que llevaba.
Al final, un formulario, una pregunta clave: “¿Está de acuerdo con que la información genética se use en los tribunales?”.
En el laboratorio de la ciudad de Tulsda, que se ocupa únicamente para el análisis de los huesos de la masacre de Srebrenica, la antropóloga forense, Majda Saracevic está concentrada en armar tres esqueletos.
Mientras acomoda los huesos en una plancha metálica explica: “Examinamos cada esqueleto, tomamos la foto de cada pieza que encontramos, no sabemos si cada uno es de un individuo… En algunos casos tenemos partes del cuerpo, huesos aislados o cuerpos completos. Cuando determinamos si corresponden a un individuo o a varios les hacemos cortes para tomarles muestras y enviarlas al laboratorio. Ellos mandan la respuesta cuando realizan el match con la sangre de la familia”.
Sin el contraste del ADN hubiera sido difícil dar identidad a los restos, explica Emina Kurtalic, directora de proyecto de Tulsda, ya que se trata de huesos de 8 mil varones de mediana edad, con las mismas complexiones, criados con la misma alimentación y que usaban el mismo tipo de ropa proveniente de la ayuda humanitaria.
“Aunque las características físicas son importantes, el ADN es crucial”, dice Kurtalic, quien enseña el tomo de uno de los libros que contienen las fotos de las identificaciones personales y ropa halladas en cada fosa.
Detrás de ella una gráfica pegada a la pared muestra que, en 2001, 51 personas habían sido identificadas y en 2002 (cuando comienza a usarse la genética) la cifra se dispara a 516 y crece cada año. La identificación se efectúa a escala masiva.
Los asesinos hicieron todo lo posible por que sus víctimas no fueran encontradas. En un primer momento, las enterraron masivamente con bulldozers. Pero cuando comenzaron los juicios en tribunales nacionales e internacionales destaparon esos cementerios clandestinos, sacaron con máquinas los huesos y los enterraron y desenterraron hasta tres veces y en distintos lugares para desvanecer las evidencias.
Por eso, los restos tocados por el aire se descompusieron rápido. Dejaron pequeñas tumbas con huesos mezclados, parciales o en pedazos. En esos casos el ADN fue el método certero para regresarles nombre y apellido.
Los huesos que no se corresponden con las muestras de sangre permanecen en la bodega climatizada y llevan una clave con datos, como el lugar donde fueron encontrados, el número de fosa y el número de cuerpo. Si con el tiempo se obtienen más muestras de sangre de familiares, cuando se tienen pruebas suficientes un hueso puede tardar tres meses en ser identificado.

Cuestión de leyes, no de humanidad

Durante la entrevista Bomberger remarca: “No es cuestión humanitaria; es de aplicación de la ley y de justicia”. Por ello, insiste, se requiere de la voluntad política, porque ningún equipo antropológico tiene permitido remover tierra, sacar cadáveres y hacerles prueba sin orden judicial de por medio.
En su edición 1802 Proceso reveló que el gobierno mexicano, especialmente la Procuraduría General de la República, se rehúsa a recibir ayuda de una comisión internacional que pueda examinar el material genético de los restos desenterrados en las fosas de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, porque considera que sus laboratorios son de máxima calidad, no obstante que Guatemala, Honduras y El Salvador sospechan que algunos connacionales terminaron ahí sus días y, posiblemente por impericia, fueron enterrados por el gobierno federal como “no identificados”.
Bomberger señala que en la ex Yugoslavia los acuerdos políticos fueron básicos, pues se logró unificar el criterio en un país gobernado por tres presidentes, dividido en dos regiones y con muertos de tres países. “Puede ser usado en cualquier parte del mundo. Vienen iraquíes, colombianos (patólogos, osteópatas, antropólogos) por entrenamiento, para ver el método porque tenemos un alto grado de calidad en lo que hacemos”, dice Kurtalic.
Los hallazgos del IMCP han dado fe de las brutalidades que se cometieron en Srebrenica, donde todos los hombres reclutables fueron cazados y asesinados (hecho nada alejado en similitud a lo ocurrido en San Fernando, Tamaulipas, con el asesinato de los 72 migrantes, o del caso de los pasajeros de los autobuses que iban a Matamoros).
En otros lugares, como el municipio de Ilijas, cerca de Sarajevo, aún hay 54 personas desaparecidas desde 1992.
La presidenta de la asociación de madres, Zekija Avdibegovic –que busca a su marido Omer, de 38 años, y a su hijo Evedin, de 16– señala que aunque se sabe dónde pudieron haber sido enterrados, no ha habido excavaciones. Esta es una de las más de 200 organizaciones de familiares de desa­parecidos que existen en la ex Yugoslavia.
“Lo más importante sería la voluntad política; lo que más duele es que se sabe dónde están pero no los buscan”, dice con una mezcla de decepción y rabia mientras muestra un mapa del campo abierto donde se sospecha que están enterrados.
“Hemos intentado ofrecer dinero para obtener información. También el alcalde prometió recompensa a quien dijera algo, y nadie dice. Ahora el IMCP tiene una línea de teléfono para que la gente informe esto”, explica.
En la plaza central, ante el campo de futbol donde los chetniks tuvieron concentrados a todos los hombres, frente a la mezquita, hay un memorial en el que se lee: “A las víctimas de la agresión del 2 de mayo de 92 a finales de 95, en el municipio de Ilijas y otras partes, en 10 campos de concentración donde encerraron y torturaron a más de 500 civiles bosnios, croatas, albaneses y roma (gitanos). De manera brutal han matado a 128 ciudadanos”.
Zekija no ha tenido la suerte de encontrar a los suyos; otros vecinos sí. Cada día que en la pantalla del técnico aparece la cifra “99.999999999999%”, que da positiva a una identificación, personal de la comisión se reúne con la “afortunada” familia, le enseñan los resultados, le explican los pasos que se siguieron para identificar los restos, le muestran la ropa, le dicen cuántos huesos tienen y pone a su consideración si les parecen suficientes para enterrarlo o esperan que se abran nuevas fosas para hallar más.
“Lo recomendable es que se tenga 75% del cuerpo y no dos o tres huesos, porque eso es muy duro. Tampoco alimentamos esperanzas porque si fue encontrado en un río o en una fosa común quizás no encontraremos más. Pero las personas viejas que no saben si van a vivir más deciden que aunque encontremos un hueso les avisemos porque quieren enterrar algo. Otros, como los islámicos, por asuntos religiosos necesitan todo el esqueleto para enterrarlos y a veces esperan hasta tres años hasta que dicen: ya no podemos esperar más”, comenta Kurtalic.
A su vez, Bomberger indica que la comisión trabaja con los familiares para que entiendan sus derechos y el proceso forense, para que se sacudan el miedo y den permiso para que el material genético se use con fines de búsqueda, y también, si quieren, en los juzgados.
Si no se castiga a los culpables cada país estará condenándose a repetir la misma historia.
“No estamos diciendo que el Estado es responsable; puede ser el crimen organizado, pero el gobierno tiene que mandar la señal de que va a buscar. Y aunque parece un pequeño paso, es un gran paso, lograr la voluntad política”, dice Bomberger.
En la conclusión de la entrevista y de ese recorrido por el moderno mundo de la identificación científica de restos, la funcionaria reflexiona: “Aquí nos enfrentamos con la irracionalidad, el salvajismo de todo lo que es capaz el ser humano. No hay ningún país del mundo que pueda decir que no ha cometido crímenes. Lo que nos previene es la ley, encontrar las fosas comunes, devolver la identidad de los muertos, encontrar quién es el responsable y encontrar la responsabilidad del Estado en esto. Sólo así podemos avanzar”.

9 oct 2012

Sarah-Jayne Blakemore: El misterioso funcionamiento del cerebro adolescente

 

 

Sarah-Jayne Blakemore: El misterioso funcionamiento del cerebro adolescente

 

¿Por qué los adolescentes parecen mucho más impulsivos, y mucho menos conscientes de sí mismos que los adultos? La neurocientífica cognitiva Sarah-Jayne Blakemore compara la corteza prefrontal en adolescentes con la de los adultos, para mostrarnos que el proceso de crecimiento y desarrollo cerebral es causa de la conducta típicamente "adolescente".  

 


TED: Ideas worth spreading

3 oct 2012

2 de octubre: imágenes de un fotógrafo del gobierno



2 de octubre: imágenes de un fotógrafo del gobierno

Sanjuana Martínez
 (Nuevo León, 1963), colaboradora de La Jornada.

“Es una periodista que se ha convertido en una de las más importantes del país por tocar temas calientes y estar en la punta de la denuncia de las combinaciones del narco, que incluyen corrupción, complicidades de gobernantes y ha reventado algunas de esas cosas” Paco Ignacio Taibo II. 
 
Madrid.- Fueron tomadas por la noche. El flash ilumina el primer plano, deja sombras detrás de las figuras que destacan, mantiene el fondo en la penumbra. Son fotografías que fijan en un instante el caos de una fecha histórica para México: ¡2 de octubre no se olvida!.
En una aparecen dos agitados grupos de personas. El primero está integrado por individuos de elevada estatura, corpulentos, iguales, con un mismo corte de pelo de estilo militar, con la misma incomodidad dentro de la ropa de civil. Mismos zapatos negros, mismos guantes blancos en la mano izquierda; algunos, con una pistola en la derecha.
La secuencia se desarrolla en un amplio pasillo del edificio Chihuahua, a un lado de los elevadores. Al fondo, los detenidos se agolpan desordenadamente. Son acorralados sin contemplaciones contra la pared.
En medio de los hombres armados se encuentran algunos fotógrafos, aparentemente ajenos a la tensión del momento.
 
En otras fotos se observa a los detenidos en el suelo, mientras son encañonados. Los azulejos de las paredes devuelven el resplandor de los flashes que iluminan los ojos de estupor y miedo de los que están tirados. Entre ellos hay una mujer, en el suelo, como los demás. Los detenidos son conducidos a la planta baja por las escaleras, escoltados muy de cerca, uno a uno. Mojados, asustados, indefensos, algunos muy jóvenes, casi adolescentes.
 
Los hombres del guante blanco, en su mayoría, posan con naturalidad ante el fotógrafo. Algunos miran de reojo a la cámara, no pueden evitar la desconfianza. Hay cosas que no deberían ser fotografiadas.
 
Excepcionalmente, uno de los victimarios no es joven. Se encuentra en la madurez y es obeso. Por debajo de su guante blanco asoma un valioso reloj que subraya un nivel económico superior al de sus subordinados. En su mirada, bajo el sombrero pasado de moda, la expresión impasible e indiferente de quien ya ha conducido anteriormente a muchos otros grupos de detenidos. Ordena con la mirada.
 
También desciende la mujer detenida. Sus custodios le permiten ocultar su rostro al ojo inquisitivo del fotógrafo, mientras es conducida casi en volandas con una prenda de vestir que tapa su cabeza.
 
La imagen inmortaliza al primer policía uniformado y permite ubicar el lugar de la tragedia. Hasta ese momento, la indumentaria y el rostro de los personajes, la arquitectura del lugar y la violencia exhibida por los hombres del guante blanco han reflejado una escena cualquiera de la represión que sacudió a toda América Latina en los años sesenta y setenta. Los hechos, sin embargo, no acontecen en Buenos Aires, Managua, Santiago, Montevideo o Sao Paulo. En el hombro del uniformado se puede leer: MEXICO.
 
El drama se acrecienta cuando por la escalera es bajado un cuerpo desvestido y tapado con plásticos y prendas de vestir en una camilla. Finalmente, en la planta baja, los soldados se hacen cargo de la custodia de los detenidos. Son obligados a quedarse en calzoncillos. Son colocados así, semidesnudos, brazos en alto contra la pared, mientras los soldados contemplan impasibles la escena, y una mujer vestida de civil colabora activamente con los hombres del guante.
 
Todos contra la pared. Solamente uno se atreve a volver la mirada inquisitivamente. Los demás son obligados a enfrentar el objetivo de la cámara en grupos de tres, ordenada y sistemáticamente, con precisión militar. Sus rostros son ya la más depurada expresión del terror y de la humillación.
 
De entre todos los jóvenes detenidos, uno es particularmente elegido. Es el más golpeado. Su ropa en jirones sirve para sujetarle los brazos a la espalda y apenas esconde el delgado cuerpo adolescente marcado por los golpes, semidesnudo. Su boca ensangrentada carece ya de expresión; en su mirada no queda ninguna esperanza. Sólo dolor.
 
Los soldados se dejan retratar, algunos con siniestra indiferencia, otros con obscena satisfacción, mostrando incluso una sonrisa que deja ver un diente brillante. El valor de las imágenes
No se necesita ser un experto para comprobar que esas fotografías muestran parte de lo sucedido en la noche del 2 de octubre de 1968 en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco.
 
Sin embargo, no son unas fotos más, pues comprueban plenamente la existencia del Batallón Olimpia, cuyos integrantes esa noche se identificaban por llevar un guante blanco en la mano izquierda. El gobierno de Gustavo Díaz Ordaz siempre sostuvo que fueron estudiantes quienes empezaron el tiroteo, con francotiradores colocados estratégicamente en los edificios. Esa tesis fue mantenida por los posteriores gobiernos surgidos del PRI.
 
Durante los últimos 33 años, esa versión oficial fue rebatida en multitud de ocasiones por muchos de los protagonistas y por estudiosos e investigadores. Se recogieron testimonios que hablaban de lo contrario: fueron agentes infiltrados, vestidos de civil, los que iniciaron el fuego indiscriminado. Los testimonios de muchos estudiantes se referían a las personas que llevaban un guante blanco en la mano izquierda; también hay testimonios de periodistas extranjeros que denunciaron que fueron los hombres con guante blanco los que empezaron a disparar a los estudiantes y los que en medio de la confusión del tiroteo los secuestraron por unas horas en varios departamentos del edificio Chihuahua, donde les confiscaron los rollos fotográficos y las grabadoras.
Estas fotos ofrecen por primera vez la oportunidad de poder ver las caras de los victimarios y muestran en plena acción a los hombres del guante blanco, los integrantes del Batallón Olimpia. Se abre la posibilidad de que por fin sean identificados.
Las fotos también muestran la perfecta coordinación entre las Fuerzas Armadas y los grupos paramilitares, y ofrecen una prueba documental sobre las torturas y las vejaciones cometidas de manera reiterada por militares y policías vestidos de civil.
Demuestran que en los archivos oficiales existe toda la documentación necesaria para saber quién cometió la matanza de Tlatelolco.
El misterioso remitente
Al domicilio de la corresponsal llegó un paquete entregado anónimamente. Dentro de una bolsa negra de plástico, de las que se utilizan para guardar papel fotográfico, había 35 fotos inéditas sobre lo ocurrido en el edificio Chihuahua la noche del 2 de octubre de 1968.
Después recibió una llamada telefónica: Son unas fotos que creo le van a interesar. Son fotos del 68. Fueron tomadas desde dentro por un fotógrafo del gobierno.
Intentó preguntar algo, obtener mayores precisiones, conocer a su interlocutor, saber si era el autor, el fotógrafo: Luego la llamo, fue su lacónica respuesta.
Hubo una segunda llamada.
—¿Qué le han parecido las fotos?
—Me parece un documento estremecedor. Es un material histórico, de gran importancia. ¿Quién es usted? ¿Qué quiere?
—Queremos que salga a la luz pública. Queremos que se haga justicia. Buscamos una dimensión internacional.
—¿Por qué?
—Porque aquí no se va a hacer justicia. Ya vio lo de Digna Ochoa. Las cloacas del sistema priista están intactas.
—¿No confía en el presidente Vicente Fox?
—No. Fox no hará nada. Ya transó con ellos.
—¿Quiénes son ellos?
—Los culpables: los militares, los paramilitares, los policías y los gobernantes que mataron e hicieron desaparecer a cientos de personas.
—¿Pero por qué me entrega las fotos ahora? ¿Desde cuándo las tiene? ¿Las hizo usted?
—Eso no importa. Ahora es el momento preciso. Es cuando hay que sacarlas... ¿Le interesa o no?
—Por supuesto que me interesa. Dígame, ¿cómo quiere tratar el asunto? ¿Cómo le hacemos?
Se ríe un instante. Luego afirma: Supongo que usted entiende que esto es peligroso.
—Quiero saber quién tomó las fotos.
—Las tomó un fotógrafo del gobierno. Yo no soy el autor.
—¿Quién es el autor?
—Pregúntele a Luis Echeverría.
—¿Por qué a él?
—Él lo sabe. Pregúntele por el fotógrafo y por todo lo demás. Sobre quiénes trabajaron la noche del 2 de octubre. Pregúntele quién estaba al mando, por encima del general Hernández Toledo y el general Marcelino García Barragán aquella noche. Él lo sabe todo.
—¿Quiere decir que Echeverría es uno de los responsables?
—Es obvio.
—Él ha declarado que esa noche no estuvo allí Jesús Castañeda Gutiérrez, responsable del Batallón Olimpia y a quien después nombró jefe del Estado Mayor Presidencial, que tampoco estuvo el mayor Francisco Quirós Hermosillo, encargado del Campo Militar Número 1. Sin embargo, en las fotos aparece gente vestida de civil con el guante blanco en la mano izquierda, con aspecto militar...
—Los del guante son paramilitares de Guardias Presidenciales. Un ejército dentro del Ejército. Son gente del Estado Mayor Presidencial. Fueron ellos los que abrieron el fuego contra los estudiantes.
—¿Usted es consciente de que estas fotos desmienten la versión oficial sobre la matanza de Tlatelolco?
—Sí... Llegó la hora de que lo sepan todos los mexicanos. Que lo sepan también en otras partes del mundo, por ejemplo, España.
—¿Por qué en España?
—Porque allí se han investigado otras dictaduras, como las de Chile y Argentina.
—¿Qué pretende conseguir?
—Que se investigue también la matanza de Tlatelolco. La guerra sucia del gobierno mexicano. La desaparición de más de 500 personas ¡Que se haga justicia! ¡Queremos justicia! Aquí es imposible. En México sigue la impunidad.
—¿Quién tomó las fotos?
—Eso no importa, son fotos de adentro. No son de periodistas.
—Insisto, ¿quién tomó las fotos?
—Un fotógrafo de Echeverría.
 
El Batallón Olimpia
 
En el libro de Julio Scherer García y Carlos Monsiváis Parte de guerra. Tlatelolco 1968, se publican documentos del general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional en 1968, según los cuales el centro de operaciones de las fuerzas de seguridad fue el edificio Chihuahua:
Reunidos en mi despacho, escuché todos los informes y pregunté al capitán Barrios, ¿podremos encontrar en el edificio Chihuahua algunos departamentos vacíos, donde meter una compañía?, Barrios me contestó, déjeme ver; tomó el teléfono y habló con el general Oropeza (jefe del Estado Mayor Presidencial), me pasó el audífono, y le dije a Oropeza que me consiguiera para antes de las dos de la tarde los departamentos que pudiera para meter una Compañía; en media hora tenía conseguidos tres departamentos vacíos a mi disposición, uno en el 3er. Piso y 2 en el 4¼. Piso. Serían las 11 de la mañana del 2 de octubre cuando recibí este informe; se necesitaba para completar mi plan que nada más yo lo sabía, pues el Estado Mayor me indicó que no encontraban la forma de aprehender a los cabecillas sin echar balazos.
García Barragán menciona que la noche del 2 de octubre estaban presentes elementos del Ejército Mexicano dirigidos por el general José Hernández Toledo, del Batallón de Fusileros Paracaidistas, elementos del Estado Mayor Presidencial y miembros del Batallón Olimpia.
En su libro La herencia, Jorge Castañeda le pregunta a Luis Echeverría:
—¿Cuando cae Hernández Toledo —herido el general, la sangre enrojece la plaza—, quién queda al mando de la tropa?
—No recuerdo, pero siempre hay un segundo.
—Se ha dicho que era Jesús Castañeda Gutiérrez.
—No, él estaba en el Batallón Olimpia.
—¿Estuvo en Tlatelolco?
—No sé.
—¿Usted no recuerda si estuvo en Tlatelolco?
—No...
García Barragán cuenta en los documentos publicados por Scherer García:
A los primeros disparos, el Batallón Olimpia se replegó en las entradas del edificio Chihuahua y aprehendió como a 400 individuos, entre los que se encontraron todos los cabecillas del movimiento, descabezándolo con este hecho, que fue el éxito completo de mi plan, aprehender a los cabecillas del movimiento, los que concentramos en la Prisión Militar del Campo No. 1, hoy Álvaro Obregón, para interrogarlos yo e investigadores especiales, para tener información antes de consignarlos al procurador general de Justicia; éste me los pidió para mandarlos a la penitenciaría, pero a mí me interesaba conocer primero que nadie declaraciones de los detenidos, para no tener información deformada o tendenciosa. Hablé con Sócrates y otros cabecillas, y terminada el acta de declaraciones los consignamos, antes había informado detalladamente al Sr. Presidente.
Carlos Monsiváis narra importantes detalles del mitin en la Plaza de las Tres Culturas:
El acto transcurre un tanto somnoliento aunque emotivo. Parte de la prensa, los oradores y la dirigencia del CNH están en el lugar que sustituye al templete, el tercer piso del edificio Chihuahua. Se reclama el diálogo, menospreciado por el gobierno que nada más admite la rendición. Se nota un ir y venir de personas ‘no identificadas’ o identificadas como sospechosos, con un pañuelo o un guante blanco en la mano izquierda. Se concentran en escaleras, pasillos y entradas del Chihuahua. A las seis y diez de la tarde, se disparan desde un helicóptero dos luces verdes de bengala. Casi de inmediato, sin otro aviso que el ruiderío de las botas, sin prevenir o intentar un diálogo, entran miles de soldados...
No hay testimonios de ‘los francotiradores de la población civil’, salvo cinco o seis aventureros que nada significaron con sus pistolillas. Lo otro, lo de la provocación oficial, es avasallador. El fuego es incontenible, con la intervención de ametralladoras y armas de alto poder. Se cierra la Plaza, el Batallón Olimpia detiene a quienes están en el Chihuahua. La gente se tira al suelo, los que pueden huyen, los periodistas se identifican para salvarse; a un fotógrafo, un soldado le traspasa la mano con una bayoneta. Se llama a gritos a los amigos y los familiares, el llanto se generaliza, la histeria y la agonía se confunden.
Mueren niños, mujeres, jóvenes, ancianos. El grito coral que exhibe la provocación se multiplica: ‘¡Batallón Olimpia; no disparen!’ Los policías y los soldados destruyen puertas y muebles de los departamentos mientras detienen a los jóvenes; a los detenidos en el tercer piso se les desnuda, maniata y golpea; a 2 mil personas se les traslada de la Plaza de las Tres Culturas a las cárceles. Queda claro: la provocación no es ajena al plan de aplastamiento, está en su centro.
Varios periodistas extranjeros, entrevistados en 1998 por la corresponsal en París Anne Marie Mergier, para una edición especial de Proceso, narraron cómo vivieron la presencia de esos hombres con guante blanco.
John Rodda, enviado especial de The Guardian, relató: No entendía quiénes eran esos individuos. No se me ocurrió que podían ser policías o militares o agentes secretos....
El periodista británico estaba en el edificio Chihuahua cuando empezó el tiroteo: Estaba tirado en el piso y enfrente de mí, también en el piso, estaba un tipo con la mano izquierda enguantada y una pistola en la mano derecha. Su cabeza tocaba la mía y me daba golpecitos con su arma. Me dio a entender que debía bajar. Era totalmente surrealista.
Añade: Los tipos con guantes blancos entraban y salían. De vez en cuando se llevaban a un mexicano. Había una gritería espantosa en las escaleras. Fue realmente en ese momento cuando entendí que se trataba de policías.
Charles Courrière, fotógrafo de Paris Match, también estaba en el edificio Chihuahua, donde decidió tirarse al suelo para protegerse. No se decidía a levantarse por temor: Y cuando lo hice me quedé estupefacto: Todos los tipos que estaban como yo, tirados en el suelo, tenían un guante blanco en la mano izquierda y una pistola en la derecha. Como hablo español, le dije al que estaba a mi lado: ‘Soy periodista, soy francés’. Me miró y me preguntó: ‘¿No tiene un pañuelo blanco?’ Por supuesto, no tenía. Entonces sacó uno de su bolsillo y me dijo: ‘Póngaselo alrededor de la mano izquierda. Ésa es una señal’ ¿Una señal de qué? —le pregunté—. No me habló más. Me puse el pañuelo y bruscamente comprendí lo que sucedía. Estaba metido entre puros policías. Estaba tirado en una alfombra de policías. Pensé enseguida en las fotos que había estado tomando. Supe que si salía vivo de ese mierdero iba a tener problemas con ellos.
A Courrière se lo llevaron dos hombres con guante blanco a un departamento y en el baño le ordenaron que se desnudara. Le confiscaron todos los rollos.
Fernando Choisel, de la radioemisora Europa Uno, cuenta que en medio del ruido de las ametralladoras algo le llamó la atención: ¿Y qué fue lo que vi en medio de todo esto? Pues a unos tipos vestidos como estudiantes, pero no lo suficientemente jóvenes para ser estudiantes, que se ponen un guante blanco en la mano izquierda y sacan pistolas... Creí que estaba alucinando. Pero me descontrolé aún más cuando los vi disparar hacia abajo, sobre la gente. No entendía si se trataba de un grupo de autodefensa estudiantil que disparaba contra los policías, o policías vestidos de civil que disparaban contra los estudiantes. Cerca de mí se encontraba un periodista mexicano. Le pregunté si esos tipos eran estudiantes. Me dijo que no, que eran policías. Entonces pensé: ‘¡En la madre! La policía tiene al movimiento totalmente infiltrado ¡Va a ser horrible!’.
Al igual que a los otros periodistas, los hombres del guante blanco se lo llevaron a un departamento para liberarlo a las pocas horas.
Guy Lagorce, enviado de L’Equipe: En su rueda de prensa, los estudiantes confirmaron lo que me habían dicho los habitantes de los edificios y mis colegas franceses que habían quedado atrapados en el edificio Chihuahua. Fueron policías vestidos de civil los que dispararon sobre la multitud desde las ventanas, no los estudiantes. Los manifestantes fueron entrampados.
La deuda pendiente
 
La corresponsal buscó al expresidente Luis Echeverría desde el lunes 3 de diciembre. Emma Hernández le dijo que se encontraba de viaje. Al comentarle que le iba a enviar una foto de un paquete que Proceso publicaría esta semana, me contestó: Usted mándela, nosotros se la hacemos llegar.
La foto fue enviada el mismo día a su domicilio particular, ubicado en Santiago 216, San Jerónimo Lídice, delegación Magdalena Contreras. La recibieron a las 18:30 de la tarde.
Emma Hernández había dicho que Echeverría volvería el 6 o el 7 de diciembre, pero luego simplemente señaló: No estará aquí hasta la próxima semana.
Como secretario de Gobernación, Echeverría tuvo necesariamente que estar plenamente informado del plan utilizado para reprimir a los estudiantes: Responsable por omisión o por comisión de los sucesos del 2 de octubre de 1968, dice Julio Scherer García en su libro.
El líder estudiantil Raúl Álvarez Garín, autor de La estela de Tlatelolco. Una reconstrucción histórica del movimiento estudiantil del 68, escribe:
A estas alturas, la colección de señalamientos de carácter político incriminatorio de unos con respecto a otros, y después de tantos años, ya acumula un buen legajo y es bastante significativa: Echeverría responsabiliza a Díaz Ordaz de los sucesos de Tlatelolco; Norberto Aguirre. Palancares, Corona del Rosal, Rodolfo González Guevara y otros, responsabilizan a Echeverría; Alfonso Martínez Domínguez afirma que el 10 de junio lo planeó y ejecutó Echeverría, pero existen decenas de declaraciones que lo incriminan a él directamente.
A las víctimas del 2 de octubre se les debe una reparación y a los responsables un castigo.
La deuda está pendiente.

Cortesía:  http://tlatelolco1968.camacho.com.mx/principal.html

Tlatelolco: 44 años de la tragedia

Tlatelolco: Las claves de la masacre reúne todo el material cinematográfico conocido sobre los sucesos del 2 de Octubre de 1968; identifica a los jefes militares que provocaron la matanza y exhibe documentos fundamentales para poner en evidencia los mecanismos utilizados por las fuerzas represivas y por el gobierno en contra del movimiento estudiantil.

El documental es la culminación de una tenaz investigación de cuatro años en busca de las claves del operativo militar que dio lugar a la masacre de la Plaza de las Tres Culturas.



26 sept 2012

Keith Barry hace magia mental




Primero, Keith Barry nos muestra cómo nuestras mentes engañan a nuestros cuerpos, en un truco que funciona también vía podcast. En seguida la audiencia participa en algunas hazañas de magia mental que nos dejan boquiabiertos y que incluso son un poco peligrosas.



Cortesia Ted Logo

Al Seckel habla de las conexiones erradas en nuestras mentes

Al Seckel, neurocientífico cognitivo, explora las ilusiones de percepción que engañan nuestras mentes. Montones de trucos visuales le sirven para probarnos que no sólo somos engañados con facilidad, sino que de alguna forma nos gusta.

 

Arthur Benjamin hace "Matemagia"

Durante una sesión muy animada, el "matemago" Arthur Benjamin reta a un grupo del público "armado" con calculadoras a ver quién es más rápido a la hora de dar el resultado de elevar al cuadrado números de tres dígitos. Además, resuelve una enorme ecuación y adivina varios cumpleaños. ¿Cómo lo hace? Él mismo nos los explica.

 

21 ago 2012

John Graham-Cumming: La mejor máquina que nunca existió




John Graham-Cumming: La mejor máquina que nunca existió

La informática comenzó en los años 30... en la década de 1830. John Graham-Cumming cuenta la historia de la “máquina analítica” mecánica a vapor de Charles Babbage, y de cómo Ada Lovelace, matemática e hija de Lord Byron, vio más allá de sus capacidades computacionales simples para imaginar el futuro de las computadoras. (Grabado en TEDxImperialCollege).


Charles Chaplin


El Chico (The Kid, 1921)


SINOPSIS: Una mujer londinense, sumamente pobre, se ve en la necesidad de abandonar a su hijo en una casa de millonarios, aunque por una serie de circustancias el niño terminará siendo cuidado por un vagabundo que se convierte así en su padre. Cinco años después, y con la madre convertida en una popular cantante, el destino tratará de separarlos...




El Circo (The Circus, 1928)


El circo (The circus) es una película estadounidense cómica de 1928, dirigida, producida y protagonizada por Charles Chaplin. Gracias a ella, Chaplin ganó un Óscar en 1928.1 Es protagonizada por Al Ernest Garcia, Merna Kennedy, Harry Crocker, George Davis y Henry Bergman.

La película muestra al personaje Charlot de Charles Chaplin siendo perseguido por un oficial de policía, tras haber sido confundido con un carterista. Al correr hacia la carpa principal de un circo en un intento de escapar la ley, los dueños allí confunden su huida como parte de un acto. Como reconocen los beneficios potenciales, Charlot es contratado en el circo, aunque pronto es evidente que no puede ser divertido a propósito, sino solamente de manera espontánea.

En cada función, a causa de su torpeza, desencadena la hilaridad del público y se convierte en la estrella del espectáculo. Charlot se enamora de la bella Merna, hija del director del circo, pero ella prefiere a Rex, el funámbulo. Charlot sabrá aceptar esta decisión y provocar su unión antes de abandonar el circo.



La Calle de la Paz (Easy Street, 1917)

Sinopsis: Un vagabundo decide transformarse en policía tras hablar con elpastor de la Misión de la Esperanza. Sus habilidades para la lucha le ayudarána vencer sólo al hombre fuerte que había podido con toda la comisaría.La tranquilidad volverá a reinar en calle y todos asistirán a la NuevaMisión.





El Campeón (The Champion,1915)





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15 ago 2012

David Christian: La Historia grande


Con el respaldo de ilustraciones impresionantes, David Christian narra una historia completa del Universo, desde el Big Bang a Internet, en una charla fascinante de 18 minutos. Esta es la "Historia Grande": un vistazo amplio y esclarecedor de la complejidad, la vida y la Humanidad, frente a nuestra ínfima parte en la línea temporal cósmica.







Cortesía de TEDTed Logo

13 ago 2012

Trabajo Investigación 5º Semestre: Campos de Investigación en Psicología


Campos de Investigación en Psicología


Antes de iniciar tu trabajo, lee con atención el contenido del mismo, los criterios de evaluación y condiciones de entrega impresa y de exposición. Realiza en un documento de Word las respuestas a cada una de las tareas, haciendo un análisis adecuado de la lectura, acompaña cada tarea con imágenes.
En cada tarea se encuentran por lo menos dos enlaces, es importante que los consultes.








I. Introducción

El término de psicología proviene de las palabras griegas PSYCHE –que significa alma- y LOGOS –que significa estudio-, lo que revela que en sus orígenes se refería al estudio del alma    -posteriormente al de la mente-. La ciencia, como hemos visto, implica el uso de herramientas tales como la observación, la descripción y la investigación experimental, para reunir y organizar información. El comportamiento incluye acciones que pueden ser observadas directamente,  como actividades físicas o verbales, así como otros procesos mentales que no pueden ser observados directamente, como percepción, memoria, atención, etc.
La clasificación de áreas de acción de la psicología se divide en dos grandes grupos –áreas de estudio y áreas de aplicación-. No obstante, dicha división no pretende ser ni exhaustiva ni mutuamente excluyente. De hecho, en los distintos manuales introductorios a la psicología encontramos otras clasificaciones en las que aparecen otras áreas no contempladas en esta clasificación, así como clasificaciones que consideran algunas áreas de estudio, de las que aquí reflejamos, como aplicadas o viceversa.
Las principales áreas de investigación de la psicología moderna forman parte también de las ciencias sociales y biológicas.

II. Tareas

1. Psicología del Desarrollo: 

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a) Concepto de Psicología del desarrollo.
b) Teoría de Arnold Gesell del desarrollo psicológico.
c) Teoría del desarrollo psicológico de Sigmund Freud





2. Psicología Experimental:

  • Teorías del aprendizaje 
  • Proceso de aprendizaje
  • Operaciones cognitivas
  • Tipos de aprendizaje
  • Teorías conductistas, Teorías cognitivas, teorías neurofisiológicas, teorías genéticas 

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3. Psicología Social:

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4. Psicología Fisiológica:


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5. Psicología de la Personalidad:

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a) Definición de  Personalidad
b) Tipos de Personalidad.
c) Mecanismos de Defensa.
d) Tipos de Mecanismos de Defensa.
e) Autoestima.

6. Psicologia Social.

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a) Concepto, definición de Psicología Social.
b) Prejuicio, discriminación y racismo.
c) Actitudes, definición, componentes y como se forman.
d) Hipótesis del Mundo Justo. 

 
III. Conclusiones y opinión personal.


Criterios de Evaluación.


Obtendrán la mención “Excelente” aquellos trabajos que reflejen en los contenidos una lectura seria de los materiales, cuya redacción sea clara y en los que se llegue a una síntesis enriquecida por el análisis y el intercambio de la información.

En cuanto a la presentación, se sugiere incluir imágenes para ejemplificar los temas desarrollados y una buena organización de la información.

La actividad deberá evidenciar un verdadero trabajo en equipo, donde todos los integrantes han participado y cooperado entre sí en la totalidad del mismo.

Obtendrán la mención “Bueno” aquellos trabajos que presenten algunos errores de concepto, o cuya reelaboración no ha sido concretada, sino que han “copiado” fragmentos de las obras leídas.

Si la presentación está desorganizada o si las imágenes no han sido bien seleccionadas.

Si se evidencia que algunos integrantes del grupo no han trabajado.

Serán clasificadas como “Insuficientes” aquellas producciones que estén incompletas, que presenten muchos errores o sean sólo copias de las lecturas realizadas.

Si la presentación es confusa y no hay imágenes que ejemplifiquen los temas desarrollados.

Si el trabajo evidencia la falta de cooperación entre los integrantes del grupo.

5. Criterios de Entrega.

1. Los criterios para la entrega impresa son los especificados en la agenda escolar y ya los delimitamos.

2. Los criterios para la exposición del trabajo en Power Point son:

-El respeto del tiempo establecido.

-La vestimenta formal como requisito indispensable para poder presentar.

3. Todo será tomado en cuenta en la evaluación.