25 jul 2020

Los secretos del Duomo


La cúpula de la catedral de Florencia, la obra maestra de la arquitectura del Renacimiento, es uno de los mayores hitos de la ingeniería de todos los tiempos. Construida hace 600 años por Brunelleschi presenta una técnica de construcción tan ingeniosa e innovadora que hoy día sigue sorprendiendo.

Un poco de historia del Duomo de Florencia (Catedral de Santa María del Fiore)


La Catedral de Florencia, también conocida como Santa María del Fiore, se ubica en Piazza del Duomo, su construcción comenzó a finales del siglo XIII bajo diseño de Arnolfo di Cambio, un afamado arquitecto y escultor amante del estilo gótico.
La catedral cuenta con una nave principal y con dos naves laterales además de un ábside trasero. Cuando di Cambio falleció, la construcción de la catedral se postergó y fue retomada en 1334 por Giotto quien diseñó el campanario. Sin embargo, la construcción se volvió a interrumpir en 1337 con su fallecimiento. La construcción de este magnifico proyecto continuó con Andrea Pisano y Francesco Talenti finalizando su construcción en 1359. El Campanile de Giotto tiene 85m de alto y es posible subir a la cima a través de sus 414 escalones desde donde es posible apreciar una vista maravillosa de Florencia.
A mediados del siglo XIV, los artistas florentinos dejaron de lado el estilo gótico e incorporaron el estilo romano. El aire gótico de la catedral quedó escondido detrás del mármol rojo de Siena, el blanco de Carrara y el verde de Prato. El orfebre Lorenzo Ghiberti y el escultor Filippo Brunelleschi tuvieron el privilegio de finalizar la Catedral de Florencia.
Brunelleschi esculpió las estatuas para el Duomo y diseñó un innovador proyecto para hacer de la Catedral florentina la más grande de su tiempo. Brunelleschi inició con la construcción del proyecto y para el año 1421, la base en forma poligonal ya se había completado mientras la cúpula fue terminada 15 años más tarde. La roja cúpula de la catedral fue en ese entonces la más grande del mundo, con 45m de diámetro y 100m de altura y muy pronto se convirtió en el símbolo de Florencia.
La fachada de la Catedral fue destruida a finales del siglo XVI y Emilio de Fabris volvió a diseñarla, realizó algunas modificaciones e incorporó mármol en diferentes colores.



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22 jul 2020

Mezquitas, arte y espacio - Documental

La difusión del islam se realizó de manera rápida y profunda, y las conquistas de los nuevos territorios llevaron consigo la construcción de nuevos lugares de culto: las mezquitas. Espacios de reunión y oración, templos de fe y marcadores de poder de los grandes gobernantes musulmanes, las mezquitas son monumentos donde la arquitectura sagrada alcanza las cimas más elevadas de ingenio y belleza. El refinamiento del arte y la inmensidad de los espacios son sus principios fundamentales, y se han perpetuado durante más de diez siglos, desde Jerusalén hasta Córdoba, desde Estambul hasta El Cairo, o desde Delhi hasta Isfahán.











Cortesía de:


DOCUMENTALIA, YouTube.


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13 jul 2020

La Grecia Clásica

Grecia Clásica

El gran milagro de la Grecia Antigua

La Época Clásica (499 a. C. - 323 a. C.) es quizá el período más extraordinario de la historia de la humanidad.

En tan solo unos años, como si hubieran recibido una iluminación repentina, los griegos de aquella época crearon varios de los elementos que forman la base de nuestra civilización. La medicina alcanzó el rango de ciencia de la mano de Hipócrates, en arquitectura se erigieron algunas de las obras cumbre del arte universal —como el Partenón de la Acrópolis de Atenas—, y en el campo de la escultura surgieron genios artísticos de la talla de Fidias y Mirón, cuyas obras se convertirían en el modelo a imitar por parte de los artistas romanos y del Renacimiento. Por su parte, en la literatura apareció el teatro y los grandes autores que alcanzarían fama eterna: Esquilo, Sófocles, Eurípides y Aristófanes. En cuanto a la política, los griegos sorprendieron al mundo desarrollando un sistema de gobierno que ningún pueblo había conocido hasta entonces: la democracia.
Atenas fue el centro artístico e intelectual de la Época Clásica. Allí vivieron los filósofos más importantes de todos los tiempos, cuyas ideas dominaron la historia del pensamiento durante los siguientes dos mil años: Sócrates*, su discípulo Platón, y el discípulo de este: Aristóteles.
Sócrates, el primero de los tres grandes filósofos, fue un genio singular y extravagante que despertaba entre sus contemporáneos tanto recelo como admiración. En su juventud estudió la filosofía de su época, pero le resultó insatisfactoria e inició su propio camino en la búsqueda de conocimiento. Se convirtió en el maestro de varios de los principales filósofos de la siguiente generación, y en el padre de algunas de las corrientes de pensamiento más relevantes que han llegado hasta nuestra época. La famosa máxima «Solo sé que no sé nada» está detrás del proceso de búsqueda al que dedicó su vida, y que le ocasionó tantos enemigos.
Enciclopedia Universal, Socram Ofisis, 1931.
Extracto de : Marcos Chicot. “El asesinato de Sócrates.
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*Sócrates, (470 a. C.-399 a. C.):
“Filosofía es la búsqueda de la verdad como medida de lo que el hombre debe hacer y como norma para su conducta”.
Para qué sirve la filosofía… y otras cuestiones, Lluna Pineda. 
Cortesía de https://filosofiatb.wordpress.com/2019/09/22/eso4-bach1-f-paraquesirvelafilosofia/ ; YouTube. Material para uso exclusivo didáctico educativo.





2 jul 2020

FILOSOFÍA - René Descartes



Descartes, el diletante* (1596-1650)


Descartes. Comentarios filosóficos solucionados para selectivo.


1Y aquí tenemos a René Descartes, con quien, nos han dicho hasta el hartazgo, comienza la «verdadera» filosofía.

2Descartes, además de una leyenda filosófica, es un individuo histórico. Y las investigaciones del caballero y militar que escribió las Meditaciones y el Discurso del método pueden verse como el producto de un egoísta o como la obra de un «genio». A los veintitrés años, Descartes pregonaba confiadamente que había descubierto una «ciencia nueva», y anunciaba su intención de revelarla por completo en un libro. Pero, quizá a causa de su continuo temor al ridículo, no pudo terminarlo y, después de años de revisiones, cayó en el olvido. La misma suerte correría su siguiente proyecto, las treinta y seis «Reglas para la dirección de la mente», e incluso el siguiente, «Elementos de metafísica». De hecho, a mitad de su vida, Descartes no había publicado nada y se corrían rumores de que era un celebris promissor —un gran prometedor— que alardeaba mucho, pero no producía nada.

3Sin embargo, Descartes aún no había acabado. En una carta a su amigo monje, Marin Mersenne, escribió que mientras que sus antiguos trabajos necesitaban sin duda ser modificados, abandonados y reescritos con los nuevos conocimientos que había adquirido, tenía ahora una nueva obra que por fin estaba más allá de cualquier corrección, «sea cual sea el conocimiento nuevo que adquiera en el futuro».


4Un poco irónicamente, ésta era la obra de la que pronto se anunciaría que presentaba la «duda metódica». Lo que en realidad había pasado es que, al acercarse al ominoso jalón humano de los cuarenta años, Descartes había decidido compendiar —o tal vez sería mejor decir «preparar»— una «colección» de todas sus obras no publicadas, que se titularía «Proyecto de una ciencia universal que permita elevar nuestra naturaleza a su más alto grado de perfección». Fue entonces cuando decidió que quizá era mejor quitar todas las referencias en primera persona. “Excepto en el prefacio, que se convirtió, por el contrario, en casi una reseña autobiográfica de cómo descubrió «el método» o, más precisamente, de cómo descubrió astutamente esas «muchas cosas». Con el tiempo, sin embargo, su simpatía por esta parte del escrito lo llevó a degradar los pasajes más científicos, mucho más largos, a un apéndice en el que expresa que aborrece la publicación ya que «interfiere con su libertad de pensamiento», pero que quiere permitir al lector inspeccionar un trabajo reciente… El «Prefacio» se convirtió entonces en el plato principal de la obra, que ahora requería un nuevo título: «Discurso del método para dirigir “bien la razón y buscar la verdad en la ciencia».


5Pero para el ojo moderno, la marca del demócrata, del «moderno», radica precisamente en que Descartes escribe en primera persona. No sólo cuando reflexiona en su habitación caldeada sobre la posibilidad de que un demonio lo engañe, o cuando recuerda sus impresiones sobre la cera cuando se derrite o desaparece, sino también en los originales escritos científicos sobre la luz y la geometría: en el centro de todo ello está el joven Descartes, explicando detenidamente sus descubrimientos.
6Esto, entonces, era parte del encanto del estilo filosófico tan personal de Descartes, pero incluso así, la novedad era menor de lo que le puede parecer a alguien que no esté familiarizado con la tradición francesa del siglo XVII. 

* Diletante:
  1. 1.
    [persona] Que tiene afición por una o varias artes o disciplinas del saber.
    "es un diletante de la música"
  2. 2.
    [persona] Que cultiva un arte o una disciplina como aficionado, no como profesional, generalmente por no tener capacidad para ello.
    "aunque sin grandes estudios clásicos, pudo pasar para los profesionales de su tiempo como un ejemplar diletante"











Fragmento de: Martin Cohen. “Cuentos filosóficos", es posible que este material tenga copyright. Cortesía de YouTube.

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